
El caso es que estaba el otro día con Brigi en la plaza del Reina Sofía, cuando ella vio que unos inmigrantes (¿argentinos?) vendían, entre otras cosas, cubos de Rubik en la calle. Y como ella es más friki de lo que quiere reconocer, se compró uno. Y como yo soy más envidioso de lo que quiero reconocer, me compré otro. Y nos hemos picado a ver quién es el primero que lo resuelve.
Eso si, sin ayudas de ningún tipo, que ya sabemos que en internet puedes encontrar tanto manuales como vídeos en youtube que explican cómo hacerlo.
El otro día en el aeropuerto, como estaba aburrido, empecé a probar, y éste es el resultado que he logrado de momento (en parte por casualidad).

No está mal para el primer intento, aunque se que lo más difícil está por llegar. A ver si me pongo en serio un día de estos. Me he puesto de plazo un mes...
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