lunes, 25 de agosto de 2008

Kayak en la Fränkische Schweiz

Hoy me encuentro totalmente agotado.

Ayer me fui con mis compis del MBA a hacer Kayak en la Fränkische Schweiz. Fue un día completo, en el que hubo de todo: desde momento divertidos hasta accidentados. En mi caso, creo que tuve el día torpe.

Había hecho Rafting alguna vez en Austria, e incluso navegado en barco de remos en un río de Finlandia. Así que pensé que lo de los kayaks no sería ningún misterio.

El caso es que nos pusimos en parejas en Kayaks dobles (pensamos que sería más divertido). A mi me tocó con Mark, un británico que había organizado la excursión y ya había hecho kayak anteriormente.

Las previsiones del tiempo eran buenas, pero finalmente no salió como esperábamos, sino más bien nublado. Lo cual fastidió bastante, porque íbamos en bañador y manga corta, y en cuanto nos mojamos un poco, con el viento hacía bastante frío.

Nada más empezar nos dimos cuenta de que algo no iba bien. No se si fue la una mala elección del Kayak (era más grande/pesado que el resto), la distribución de peso (Mark y yo pesamos más o menos igual, y normalmente dicen que el de atrás tiene que pesar más), o la mala coordinación (será que los dos queríamos dirigir :p). O tal vez que el nuestro era el único Kayak hombre-hombre. El resto eran hombre-mujer o mujer-mujer y no se les dio tan mal.

Bueno, el hecho es que no había manera de controlar el kayak e ir recto: todo el rato haciendo zig-zag y sin control. En un momento determinado hicimos una pausa y nos acercamos a la orilla. Cuando quise salir, se desestabilizó mi kayak... y al agua patos!
Lo que me faltaba, si ya tenía frío de antes...

Como veíamos que el tema no iba muy bien decidimos cambiar de sitio (esta vez yo delante). Y la verdad es que fue incluso peor. En el siguiente rápido giramos demasiado en la curva, pillamos una roca... y volcamos. No se cómo conseguí sujetar uno los bidones de plástico donde llevábamos protegidas nuestras cosas (ropas para cambiarnos), pero el otro (donde estaban las llaves del coche) se fue a tomar por ...

Así que tuvimos que salir, levantar el Kayak para expulsar el agua, volver a entrar... y a la búsqueda del barril perdido. Menos mal que no estábamos solos (había diferentes grupos haciendo Kayak a la vez) y después de unas cuantos meandros encontramos un grupo que había encontrado nuestro barril.

Ya animados, nos dispusimos a atacar el tramo final. No deberían quedar más que unos 2 kilómetros a meta, cuando pasamos por otro de los rápidos. Se podía pasar por la izquierda o por la derecha. Pero no tuvimos un momento de indecisión / falta de control ... y el kayak se fue por el medio, por las rocas.

No solamente volcamos, sino que (todavía no se cómo) el Kayak se nos quedó encallado entre dos rocas, perpendicular a la corriente. Afortunadamente no perdimos nada esta vez. Pero no hubo manera de sacar el kayak de ahí. Ni tirando para la izquierda, ni para la derecha. Hacia arriba tampoco porque como estaba lleno de agua, con la presión del agua que venía con fuerza del rápido... no había quien lo levantara. Probamos incluso con los remos como palanca, y nada. Llevaríamos cerca de un cuarto de hora ahí cuando en uno de los intentos resulta que pisé mal en una piedra que estaba medio suelta y caí en la corriente turbulenta. Cuando conseguí sacar la cabeza por encima del agua estaba a unos 20 metros del Kayak. Y por supuesto, sin posibilidad de volver a nado. Así que en la siguiente curva me fui a la orilla (puñeteras ortigas!) y volví a pie (con el tobillo torcido) a través de una huerta. Ahí fue cuando decidimos desistir, porque con el frío estaba tiritando y temía pillar un resfriado.

Así que llamamos a los organizadores (afortunadamente llevaba Mark el móvil) y nos vinieron a "rescatar". El kayak también lo lograron sacar. Eso sí, con una cuerda, y tirando 4 personas desde la orilla (ya habían acercado incluso el coche, por si no lo conseguíamos).

En fin, y después de un par de odiseas más, conseguimos reunirnos con el resto de grupo, que ya se habían empezado a preocupar seriamente por nosotros. Así que nos metimos en un restaurante, y con una sopa bien calentita fui recuperando la temperatura y el color.

Pero a pesar de las raspaduras, el frío, el tobillo torcido... me lo pasé bien.

p.d.
Todavía no me han pasado las fotos. Actualizaré el post cuando las reciba.

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